Desde hace algunos años la Dirección General de Tráfico (DGT) está estudiando cómo abordar determinados problemas, como es el caso de los accidentes que ocurren a personas que se tienen que bajar de su vehículo para colocar los triángulos de emergencia en caso de tener una avería en carretera. Solo en 2019 117 personas perdieron la vida en las vías, muchas de las cuales fallecieron precisamente en estas circunstancias: siendo arrollados al bajarse del coche —en algunos casos sin chaleco reflectante— para colocar los triángulos de señalización. Así pues, la DGT ha optado por modificar la herramienta de alerta de avería en carretera y sustituir los tradicionales triángulos por una luz de emergencia.
Con esta nueva normativa, que modifica tanto el Reglamento General de Vehículos como el Reglamento General de Circulación, a partir del 1 de julio ambos sistemas de señalización convivirán durante los próximos cinco años y será el conductor quien decida si usa la luz o los triángulos.
Cuándo será obligatoria la señal luminosa V-16
La idea es que la V-16 lleve incorporado un geolocalizador homologado para poder informar de dónde se ha producido el accidente o la avería e indicarlo en dicha vía con varios kilómetros de antelación. El dispositivo incorpora un sistema de geolocalización que, una vez activado, envía cada 100 segundos la ubicación del vehículo detenido a la nube DGT 3.0, para que esa información llegue a los demás conductores y a los servicios de emergencia.
Dicha fecha es la siguiente: a partir del 1 de enero de 2026. En esta fecha, todos los conductores deberán tener en su vehículo las denominadas luces de emergencia V-16. De hecho, estas luces se han podido venir adquiriendo y usando desde el 1 de julio de 2021 y desde ese momento y hasta 2026 la DGT ha propuesto un periodo de transición para que todos los conductores de nuestro país vayan adquiriendo este nuevo dispositivo obligatorio de señalización de emergencia.
Cómo funcionan
Este tipo de luces se fijan a la carrocería por medio de un imán y en cuanto se produce el contacto emiten una señal de triple destello ámbar, apreciable hasta a un kilómetro de distancia y en un ángulo de 360 grados.
Y tal y como ya exige el reglamento de vehículos, estos equipos funcionan también bajo la lluvia (deben tener un grado de protección mínimo IP54), resisten fuertes rachas de viento gracias a la potencia de su imán y han de funcionara a temperaturas de entre -10 ºC y 50 ºC. Cuestan entre 25 y 30 euros.